A menudo surge la duda de cuál es la mejor manera de financiar mi negocio; si con recursos propios, o con fondos de terceros. La respuesta a esta inquietud dependerá de diversos factores y de cuál sea el escenario o radiografía de su negocio o empresa.
Aquí les mostramos algunas maneras de determinar cuál podría ser la mejor vía a tomar.
1. De qué tanto capital dispones, y qué tanto capital demanda tu proyecto:
Si optar por un financiamiento propio te va a dejar descapitalizado, y sin capacidad de respuesta para contingencias de mediano y largo plazo; entonces podrías concluir que el costo de ese financiamiento puede ser demasiado alto.
2. Si mientras más alta sea tu inversión, mayor puede ser tu retorno:
Si las inversiones que piensas hacer tienen un efecto palanca; es decir; que mientras más dinero inviertes, mayor rentabilidad te genera; entonces tal vez te convenga evaluar la posibilidad de ver los costos de financiarte con recursos ajenos, pues de esta forma tendrás acceso a más capital de trabajo, conservas los recursos propios, y, por tanto, la capacidad de respuesta y seguro para tu empresa. Esto podría ayudarte a acelerar el crecimiento de tu empresa, y fortalecer el patrimonio o recursos propios (generados por el mismo negocio).
Pero ojo; aquí hay que tener en cuenta que, el efecto palanca puede darse a favor o en contra de tu empresa; esto en función de si la inversión genera una ganancia o una pérdida.
3. Evaluar la relación costo – beneficio:
Si tomar fondos prestados tiene un costo muy por debajo de lo que van a producir esos fondos; puede resultar rentable acudir a un financiamiento externo con fondos ajenos.
Si, por el contrario, el costo de esos recursos resulta alto, en función del beneficio que van a generar; entonces para no disminuir la rentabilidad que vamos a recibir, tal vez convenga pensar en qué tanto puedo hacer con recursos propios, o bien, acudir a un híbrido entre financiamiento externo e interno, con recursos ajenos y propios, en proporciones que resulten rentables.
4. El escudo fiscal:
El impacto fiscal de la deuda también es un punto que debe evaluarse; ya que los costos generados en financiamiento con recursos ajenos, suelen deducirse de las ganancias, generando así un menor pago de impuestos. Lo opuesto ocurre con los recursos propios, pues, aunque este tipo de financiamiento también supone un costo importante para los inversionistas y dueños de negocio; no hay un gasto que pueda ser vinculado al mismo (a menos que sea en calidad de préstamos por parte de los accionistas); por lo que, esto no tendrá un impacto directo en la disminución de la carga fiscal de la empresa, además de que el accionista siempre incurre en un riesgo significativo por los recursos que invierte, y no tiene una certeza del retorno o beneficio que puedan tener esos fondos.
5. Pasivos exigibles, activos comprometidos, niveles de solvencia y capacidad de endeudamiento:
Este es un punto de alta relevancia que debe ser evaluado en detalle al momento de tomar una decisión sobre la fuente de financiamiento; y es que, optar por apalancamiento con recursos ajenos y externos, implica adquirir una deuda que es altamente exigible por terceros, y que, además, en caso de no poder ser cubierta, puede poner en riesgo los activos de la empresa, dejándola así imposibilitada para continuar generando recursos.
Esto, además, en función de los plazos y costo de la deuda; puede demandar altos flujos de efectivo para cubrir el pasivo, y afectar su liquidez, niveles e índices solvencia y endeudamiento.